El 30 de agosto de 1588 se inaugura oficialmente la Santa Iglesia Catedral. Una procesión parte de la Iglesia de Santiago para recorrer las calles más importantes del centro finalizando en la Puerta de las Cadenas, lugar donde se pronuncia el sermón. Al día siguiente se abren las puertas para oficiar un solemne Pontificial que termina con la procesión claustral del Santísimo Sacramento. A pesar de la gran inauguración de tan sólo parte de la Catedral, quedan muchos metros por construir y problemas que resolver, entre ellos el dilema del coro.