El sacerdote D. Francisco García Mota acaba de publicar un libro sobre el sentido religioso del coro de la Catedral de Málaga. Pocos lo conocen tan bien como él, ya que ha sido deán de la Catedral durante casi 20 años.
«Me gustaría que los malagueños visitaran la Catedral, no como turistas, sino para fortalecer su fe»
El libro será presentado el 28 de junio a las 20.00 horas en la Catedral. ¿Qué le ha llevado a escribirlo?
De la Catedral se ha escrito mucho, pero todas las obras son más bien de tipo artístico y científico. Cuando era deán, tuve que enseñar muchas veces el templo y siempre me centré en su sentido catequético, porque al construirla es lo que se pretendió, que fuera una catequesis que ayudara a entender el Evangelio. Y del coro, en este aspecto, no había nada escrito. Con este libro, cuando la gente vaya a ver el coro, no verá solo lo artístico, sino que verá lo que significa cada una de las imágenes. Por qué se eligieron unos santos y no otros.
El proyecto de la sillería fue iniciado en 1633 por Ortiz de Vargas, y culminado por Pedro de Mena, pero ¿quienes fueron los encargados de decidirlo?
Fueron los canónigos que componían el Cabildo Catedralicio los que eligieron las imágenes, tanto bíblicas como de santos, que han tenido una especial relación con la diócesis de Málaga. Bien sean los fundadores de órdenes religiosas establecidas en la provincia, como en el caso de san Ignacio y san Francisco Javier, porque los jesuitas tenían aquí una gran influencia. También podemos encontrar al fundador de los dominicos: santo Domingo de Guzmán o de los mínimos: san Francisco de Paula, etc. Me gustaría que, cuando la gente vea estas figuras y se pregunte quién es este individuo, encuentre la respuesta en este libro. Además, hay santos a los que el pueblo le tenía una especial devoción, como es el caso de san Isidro Labrador. Por tanto, todas y cada una de las tallas elegidas tenía un sentido de catequesis, para decirle al pueblo: “ahí tenemos nuestros modelos de fe”.
El coro tenía un papel muy importante en el día a día de la Diócesis, ¿no es así?
Es verdad, en la época en la que se construyó el templo y posteriormente, los canónigos se reunían todos los días cada 2 ó 3 horas en la Catedral para cantar las horas canónicas. Ahora como somos tan pocos y la mayoría tiene parroquias, esto es imposible hacerlo. Nos reunimos todos los sábados por la mañana para cantar los laudes.
Cuando lo nombraron canónigo con 40 años era el más joven de todos, y ahora es uno de los más mayores. Son muchos los años al cuidado de la Catedral, ¿Qué le diría a los malagueños sobre ella?
La Catedral es la cátedra donde se asienta el Obispo, que es el maestro en la fe del pueblo malagueño. Por tanto, si queremos tener una orientación de por dónde tenemos que caminar, tenemos que estar al tanto de lo que dice. Él es el que va orientando a la comunidad cristiana hacia una vida de fe auténticamente cristiana. Este es el sentido de la Catedral y por ello me gustaría que los malagueños visitaran el primer templo de la ciudad, no como turistas para hacer fotos, sino para fortalecer su fe.